Con el verano a la puerta de la esquina os contare entre las historias amorosas más bellas que he escuchado y que da nombre a una tradición anual en Japón, el Tanabata (七夕). Cada noche que continuaba a mi lado, toda ella, embriagaba mí corazón, anulando la razón de un hombre maduro, ¿Va a ser eso fruto del amor del deseo?, hummmmm. Una liturgia civil no debe ser sinónimo de formalidad y seriedad, podéis darle un toque más caluroso y emotivo con la lectura de algún poema que hable de vuestro amor. No por estar al final de la lista merece menor atención el relato del Premio Nobel de Literatura.
Si la raíz de la insensatez de don Quijote está en su falta de discernimiento, en la literatura, entre una historia verdadera y una historia falsa (más propiamente, entre historia y ficción), Lotario, Cardenio, Dorotea, Zoraida y Leandra son otros tantos ejemplos de lo difícil que resulta, en la vida, distinguir entre verdad y mentira, dando la razón con los respectivos relatos de sus vidas al quijotismo de Alonso Quijano, frente al aristotelismo de curas y de canónigos.
Siempre he creído, y prosigo creyendo en parte, que el motivo de emplear Cervantes el sistema coordinativo para el resto capítulos de su primer Quijote es porque prosigue obrando, por una especie de reflejo automático y también instintivo, de conformidad con los hábitos mentales de autor de novelas pastoriles y bizantinas. No quería irme de allí sin tener algo con él, así que en una de esas miradas fugaces aproveche para poner la mano sobre mi pecho y abrirme un poco la camisa, sin llegar a desabrocharme ningún botón.
A fuerza de fijarme en el retrato observé que aquella pintura ofrecía una peculiaridad rara y siempre sugestiva: en cualquier punto de la habitación que me colocase para mirarla me seguían los ojos de doña Magdalena con expresión imperiosa y ardiente. Uno de esos momento, siempre transitorio en ciertas organizaciones, llegó para el conde el día en que, incitada por mi imaginación, traidora cuanto fecunda, me arrojé a trazar la silueta de doña Magdalena, modelo de cristianas virtudes, distintivo de otros tiempos y otras edades en que el hogar olía a incienso como el sagrario y la familia tenía la solida estructura del granito.
En Las largas horas de la noche, la estrategia del autor ha sido la más compleja y arriesgada, pero al tiempo, la única que una historia de amor tan intensa merecía. El palacio del rey de Magna estaba triste, realmente triste, desde el instante en que un sufrimiento extraño, incomprensible para los médicos, forzaba a la princesa Rosamor a no salir de sus habitaciones.
Así, serán seleccionados treinta y cinco trabajos en el apartado de relato breve y 25 en el apartado de relato largo, los cuales van a ser evaluados por el jurado, que va a ser escogido tal como detalla el Anexo IV. Si no se alcanzase esas cifras, se escogerán los precisos para llegar a ella por sorteo. Recuerdo que tenía un vecino, se llamaba Perro, tenía unos hermosos ojos negros, y unas pestañas largas, tan largas y negras que lo apodaban Pixi”, por aquello de las pestañitas postizas.
Como simple lectora —no como cervantista—, no hilo tan delgado; me satisfaría con un Q. bien interpretado a ras de la letra y de la semántica de las palabras, con sus fantásticos silencios como «silencios inusitados» «sorprendentes», siquiera con una edición bien puntuada, que no diese pie para consideraciones apodícticas, y la invención de «incisos» y «concesiones a las ideas de la época» (II, 58, 1094, n. cuatro), para deducciones sobre la conciencia de estado social (II, 58, 1095, n. nueve).
Cada una de estas historias aporta un matiz diferente a la doctrina que mana del diálogo que, sobre el amor de don Quijote a Dulcinea, mantienen amo y criado; cada una de ellas prueba —de un modo diferente— que, fuera de la locura del caballero manchego, ni la perfección ni la inmutabilidad son características del amor humano. En verdad, Auschwitz pierde importancia frente a unos protagonistas que no te dejan indiferente, y que te hacen darte cuenta de que eso a lo que llaman amor auténtico no siempre y en todo momento te hace feliz, si bien dure toda la vida.
El me toco la cara, me dijo q mis fotos no tenian nada q ver con como era verdaderamente, q era igual de guapa exteriormente q internamente y que ya podia decirme de forma directa a los ojos que me queria, que estaba enamorado de mi y que queria pasar el resto de su vida junto a mi. Y en ese instante sus labios se acercaron a los mios y me dio el beso de amor pero verdadero que me han dado en la vida.